El 1ª de diciembre de 2001 será una fecha que segura y lamentablemente todos recordaremos. Día en que se anunciaba la caída de la convertibilidad que cómplice de un capitalismo salvaje condujo a nuestro país a una crisis económica, política y ética que desgarró el entramado mismo de la sociedad. Ese mismo día se llevaba adelante una jornada de trabajo convocada alrededor del tema: Identidad y lazo social ? fronteras, pasajes, diversidad - que constituía el cierre de un trabajo llevado adelante todo ese año en el marco de Reuniones de la Biblioteca. Un año antes los analistas que integramos esa institución nos habíamos propuesto trabajar sobre este eje que resultaba en un principio, un tanto ajeno al campo del psicoanálisis, pero que se sostenía sin embargo en la fuerte preocupación que nos provocaba el impacto de esta crisis, que ya desde su estado germinal, se anunciaba en el socavamiento subjetivo del que daba cuenta nuestra práctica clínica. Así en el convencimiento de que los analistas no podemos situarnos para dar cuenta de nuestra experiencia por fuera del acontecer de nuestra época fueron convocados a participar de aquella jornada: Felisa Miceli (economista), Estela de Carlotto y Buscarita Roa ( Abuelas de Plaza de Mayo), Beatriz Firmenich (especialista en bioética), Adriana Granica (abogada, especialista en derechos del niño), Héctor Malamud (actor y director teatral), Carlos Martínez Sarasola (antropólogo); como así también colegas invitados de Argentina y de Brasil. La riqueza derivada del encuentro y entrecruzamiento de discursos, de otras disciplinas y del discurso psicoanalítico mismo, demostró una vez más que el quehacer con las diferencias resulta un motor a la creación. No sabíamos entonces que aquella reunión constituiría el entramado de una producción compartida que tomaría forma de libro. De este modo Identidad y Lazo social resulta un camino que transita distintas aristas como el impacto de la globalización en el devenir social y la subjetividad contemporánea, la importancia del alojamiento a la diversidad; la fraternidad como construcción social allí donde claudica la función estabilizadora del padre; la apuesta a la vida de las Abuelas de Plaza de mayo bregando
